Generalmente se indica una cardioversión eléctrica cuando se ha instaurado de forma persistente una arritmia auricular (fibrilación o flutter auricular) que se mantiene a pesar de tratamiento farmacológico. La cardioversión pretende, por tanto, el retorno inmediato al ritmo normal del corazón, habitualmente a la espera de afrontar en diferido otras actuaciones -como la ablación- encaminadas a asegurar de forma definitiva el mantenimiento del ritmo normal.